viernes, 11 de junio de 2010

OP: El estado de la Comunidad.

Para el presidente andaluz no debía resultar un trago fácil ir al Debate sobre el Estado de la Comunidad con la cifra récord de un millón de parados, con el record nacional de medio millón de empleados públicos, con la caricatura de las trescientas empresas públicas y entes de la administración regional, con el desastre de las fusiones de las cajas andaluzas, con los informes internacionales de fracaso escolar, en definitiva con todos los síntomas devastadores de la crisis. El estado de Andalucía es demasiado débil como para plantear un debate sobre su estado. No hay debate. Salvo que se tratase de dirimir si la situación es mala o peor. Y eso es precisamente lo que da mérito a la reacción de Griñán ayer en el Hospital de las Cinco Llagas -la sede parlamento parecía volver a sus orígenes sanitarios al tratarse de una sesión sobre el estado patológico de la comunidad- con un programa corajudo de ajustes y de fiscalidad que le expone a quedar bajo la línea de fuego de las trincheras del descontento. Desde luego Griñán no podía ganar el debate de ningún modo, porque está gestionando el final de una época orgiástica en la administración, pero al menos dio muestras de liderazgo con las riendas de las crisis. Y el mérito fue doble porque ayer Arenas ofreció una de las mejores versiones de sí mismo, renunciando a su imagen habitual de Dr.No y al diccionario de sinónimos con el que exprimir el campo semántico del catastrofismo, pero dando rejonazos afilados sobre el monstruo de la administración y sus lujos pérsicos a pesar de la situación, los dos años perdidos para la austeridad, las entelequias tipo financiación público-privada con un balance cero y otras 'fanfarrias ideológicas'. Arenas tal vez empieza a calcular que el poder le va a caer por pura ley de la gravedad como la manzana de Newton y no arriesgó demasiado; Griñán sí lo hizo, salvando incluso la esgrima de las réplicas sin abusar de las comparaciones con las autonomías del PP más endeudadas pero sin planes de ajuste.

Artículo de opinión de Teodoro León Gross para Sur.

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